La
enfermedad llamada parvovirus canina, es una grave infección causada por
un virus, es sumamente contagiosa y afecta principalmente al tracto
gastrointestinal en los perros adultos, cachorros y otros cánideos salvajes (por
ejemplo, zorros, lobos y coyotes). También puede dañar el músculo cardiaco en
cachorros muy pequeños y cachorritos que no han nacido.
CAUSAS
El PVC está muy
concentrado en las heces de animales infectados. Persiste en el medio ambiente
bajo diversas condiciones y es resistente a muchos desinfectantes comunes. El
hipoclorito de sodio lo desactiva a los 10
minutos de contacto. Todo el material orgánico debe eliminarse para que el
desinfectante alcance y desactive el virus. Ya que el parvovirus es tan
persistente, el virus puede ser transportado en objetos, como zapatos, ropa y
otros materiales que tocan sustancias infectadas. La transmisión suele ocurrir
al ingerir el virus.
Los síntomas principales
son GI, como disminución del apetito, vómitos, letargo y diarrea. Los vómitos
suelen ser severos y la diarrea puede ser profusa y sanguinolenta. Puede que
haya fiebre y que el animal se vea muy deshidratado con gran rapidez. Los
perros afectados suelen estar muy débiles y es posible que algunos entren en
shock por la dramática pérdida de fluidos corporales. En raras ocasiones, el
corazón se ve afectado, lo que puede causar muerte súbita.
TRATAMIENTO
Si se sospecha que un
perro tiene una infección por PVC debe aislarse de otros animales, dada la
naturaleza altamente contagiosa del virus. Se deben tomar precauciones para
prevenir el contagio a otros perros. El animal hospitalizado se pone en
cuarentena en una sala aislada. Puede que no se autorice a los dueños a visitar
al animal, para disminuir la propagación de la enfermedad. En buena medida, la
terapia para PVC consiste en cuidados clínicos, con fluidos intravenosos, a
veces transfusiones de plasma, medicamentos contra los vómitos y posiblemente
medicamentos para disminuir la producción de ácido estomacal (para proteger el
estómago). Si la anemia es grave, pueden hacerse transfusiones de sangre. En
caso de infecciones bacterianas secundarias, se administran antibióticos. Un
perro enfermo de gravedad puede desarrollar septicemia, infección bacteriana
generalizada que surge cuando las bacterias que se limitan al tracto GI se
liberan en el torrente sanguíneo, a causa de los graves daños causados por el PVC. Si ocurre una septicemia, esta puede
afectar negativamente a muchos otros órganos y por lo general requiere de
tratamiento intensivo. No se proveen alimentos ni agua hasta que no se hayan
presentado vómitos por 12-24 horas. Luego, se le dan al animal pequeñas
cantidades de agua o trocitos de hielo y si es bien tolerada, se reincorpora la
comida blanda lentamente. Al inicio se dan de comer porciones pequeñas cada 2-4
horas. Luego la cantidad de alimentos y el tiempo entre comidas aumenta
gradualmente. Los perros con parvovirus también pueden tratarse con medicamentos
antiparasitarios, ya que los animales más sensibles al PVC (en especial los
cachorros más pequeños) son más susceptibles a los parásitos intestinales. La
enfermedad del corazón causada por PVC suele progresar muy rápido, por lo que no siempre es posible un tratamiento.
Resumen de productos terapéuticos
disponibles para el tratamiento de la enteritis parvoviral canina
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Fármaco
|
Dosis
(mg/kg)
|
Vía
|
Intervalo
(Horas)
|
Duración
(Días)
|
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Antieméticos
Clorpromacina
Metoclopramida
Proclorperacina
Antibióticos
Ampicilina
Cefazolina
Ceftiofur
Gentamicina
Protectores Gástricos
Cimetidina
Ranitidina
|
0.5
1.0
0.05
0.2-0.4
1-2
0.1
10-20
22
2.2-4.4
2
5-10
2-4
|
IM
Rectal
IV
SC
IV
IM
IV,
IM, SC
IV,
IM
SC
IM,
SC
IM,
IV
SC,
IV
|
8
8
8
8
24
6-8
6-8
8
12
8
6-8
6-8
|
Prn
Prn
Prn
Prn
Prn
Prn
3-5
3-5
3-5
3-5
Prn
Prn
|
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CUIDADOS DE SEGUIMIENTO
Los perros que se
recuperan de esta enfermedad suelen tener una protección duradera contra la
reinfección. No obstante, se recomienda mantener una buena inmunidad con
vacunación regular.
Por eso es importante la vacunación. Los cachorros pequeños son muy susceptibles a la infección, particularmente porque la inmunidad natural provista en la leche materna disminuye antes de que el propio sistema inmune de los cachorritos madure lo suficiente como para combatir la infección. Si un cachorrito es expuesto al parvovirus canino durante este lapso de mínima protección, puede llegar a enfermar.
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